CHRISTINE NAGEL, PRINCIPAL PERFUMISTA DE HERMÈS HABLA SOBRE LA CREACIÓN DE BARÉNIA
Por: Betsy de la Vega Tay
Fotografía: cortesía
El Barénia es un cuero natural que representa el patrimonio de Hermès. Su textura fina, suave y altamente sensual se adapta suavemente al contacto con la piel. El cuero Barénia acaricia, acompaña el movimiento, abraza la energía y da la bienvenida a la audacia. Se siente instintivamente atraído por almas liberadas e intrépidas. Este cuero es una metáfora de la chipre de Hermès, que la piel absorbe y hace suya para siempre. Es la simbiosis entre cuerpo y alma, la firma de una mujer imparable.
¿Cómo surgió tu idea de crear un Chipre para la Maison?
Hace 10 años llegué a Hermès con una idea en mente. Decidí que algún día crearía un chipre para la casa, no porque me lo pidieran, sino como un proyecto personal. Pensé: “no tiene que ser ahora, lo haré a su tiempo. Cuando crezca dentro de la casa, ese Chipre reflejará mi experiencia en Hermès”.
Era clave que este perfume capturara la esencia de la mujer Hermès. Una mujer elegante, eso es evidente, pero también profundamente instintiva. El olfato, siendo el instinto por excelencia, me sirvió de guía.
¿Qué te inspiró a crear Barénia?
Me inspiré en mujeres aventureras como Alexandra David-Néel y Ella Maillart, que siguieron sus instintos y eligieron vidas arriesgadas. En mujeres con un carácter excepcional como Peggy Guggenheim o Nancy Cunard, y también en las artistas que, a pesar de estar junto a hombres extraordinarios, lograron destacar por su inigualable talento.
Para hacer un Chipre, siempre se necesitan los mismos ingredientes: una cara fresca, un bouquet floral, a menudo bastante opulento, como la rosa o el jazmín, mousse de chene o musgo de roble. A veces, un poco de cistus, jara o ládano. Como era un proyecto personal, yo iba buscando los elementos, y a medida que avanzaba, se iba desarrollando.
La bergamota, por ejemplo, es un elemento clave que pedí que se cosechara aún fresca o verde. Nadie usa la bergamota verde más que nosotros en Hermès . Para el bouquet floral, no usamos rosa ni jazmín, en su lugar, utilizamos un extracto de lis mariposa, una flor pequeñita que viene de Madagascar. Esta flor de Madagascar es como una flor de lis blanca: tiene la misma potencia, pero es más pequeña y elegante. Es la primera vez que se usó esta lis mariposa para un perfume en la historia.
En cuanto al musgo de roble, me pareció un poco anticuado, así que un día me propusieron un extracto de madera de roble caramelizado. Podrías pensar que el aroma del roble es duro, pesado, pero en realidad es todo lo contrario, es dulce y emula un poco el olor del ron.
Y luego está el patchouli. Quería que fuera único, así que lo utilicé de dos formas. Pedí una extracción a la antigua, como se hacía en los años 30, un patchouli muy auténtico, al que uní una molécula extraída por biotecnología llamada Akigalawood, que tiene un olor a patchouli muy fuerte. Juntos hacen una reacción maravillosa.
Me volví casi adicta a trabajar en este Chipre, porque cuando uno se dedica tanto tiempo a algo, a veces puede rendirse, pero yo seguí intentando. Quería que, además de ser elegante, fuera una fragancia deliciosa, y para lograrlo me remití a mis recuerdos de la infancia.
Cuando tenía 10 o 12 años, me encantaba leer leyendas y cuentos. Tenía un libro con cuentos de Roma, Grecia, y África. Recordé una historia en particular, un libro de cuentos y leyendas africanas que narraba la historia de un mago. Este mago tenía en su posesión un fruto que volvía dulce todo lo que era ácido y amargo, incluso los caracteres.
He buscado este fruto durante años y nunca lo encontré. Pero hace 4 años me metí en internet, investigué, y descubrí que un joven francés importaba desde Ghana y Benín un fruto que se parecía mucho a lo que buscaba. Y como en Hermès nada es imposible, pedí 15 kilos de ese fruto.
Intenté hacer un extracto de ese fruto, algo que pasa mucho en perfumería, ya que hay elementos que no permiten extraer un aroma. Solo conseguí una pequeña gota, y esa gota tenía un olor parecido al del albaricoque seco. Aunque no logré hacer un extracto completo, reconstruí el olor del albaricoque seco para darle a este chipre una atracción muy agradable.
¿Cómo se consolidó este proyecto?
Lo estaba desarrollando en secreto y pensé que tenía que mostrárselo a Pierre-Alexis Dumas. Cuando lo olió, exclamó: “¡Oh! ¡Me encanta!”. Y en Hermès, cuando Pierre-Alexis Dumas dice “¡Me encanta!”, es cuando la magia comienza.
Más tarde, me reuní con Philippe Mouquet, el diseñador, para hablar sobre el frasco. Se hizo evidente que su diseño era perfecto para este perfume. El nombre que elegí fue Barénia, no porque tenga notas de cuero o piel, sino como una metáfora. Por eso el diseño del frasco recuerda al collar de un perro.
Yo soy mitad suiza y mitad italiana, así que soy parte de una mezcla. En la perfumería, conocer un poco de química permite lograr combinaciones que hacen que mi estilo sea diferente. Y precisamente, este arte se trata de mezclar, de crear una composición química única. Eso es lo que soy, y en el mundo de la perfumería, solo hay dos o tres perfumistas con mi formación.
Desde que trabajo para la Casa Hermès, que valora profundamente a los artesanos, me siento muy orgullosa de hablar de mi formación científica. Y hoy en día, eso me hace diferente. No lo digo con pretensión, no me considero mejor que nadie, pero sin duda, es lo que me distingue.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieren seguir una carrera como la tuya?
Qué es el oficio más hermoso del mundo y que hay que luchar, hay que tomar riesgos y tener audacia.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a los amantes de las fragancias que están esperando este nuevo lanzamiento?
Creo que tanto el frasco como el perfume reflejan los valores de la Casa Hermès. Para quienes aprecian la elegancia, la exigencia y la calidad, que son pilares fundamentales de la Maison, este perfume es más que un simple objeto, es un regalo que uno se hace a sí mismo.
Quisiera agregar que la marca siempre me ha dado total libertad creativa, lo cual valoro mucho. Siempre busco hacer algo diferente, y hoy en día, crear un chipre es un acto audaz.
Espero que les guste. Para mí, crear con audacia y hacer las cosas de manera distinta es fundamental, y Hermès siempre me ha permitido hacerlo.