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CONOCE EL LADO MÁS ÍNTIMO DE BU CUARÓN

Por: Sarah Gore Reeves
Fotografía: Enrique Leyva

El Foro León Enrique Covarrubias está lleno por el equipo de producción que afina cada detalle, cámaras en mano, luces en su lugar, todo preparado para capturar a Bu Cuarón. A mitad del caos, ella entra con una sonrisa genuina, saludando uno por uno a cada integrante del equipo con un respeto casi ceremonioso por todos los que están ahí. Es un gesto pequeño, pero dice mucho: Bu, con su presencia magnética y desarmante, se siente en casa.


Su primer EP, Drop By When You Drop Dead, marca un antes y un después en su carrera musical. Es un trabajo que lleva consigo desde 2019 y que, en sus propias palabras, ha sido “su” proyecto durante tanto tiempo que liberarlo se siente casi como un acto de rendición.


Bu lleva en la sangre un cruce fascinante de mundos y culturas. De su madre, la italiana Annalisa Bugliani, heredó una sensibilidad artística aguda, y de su padre, el cineasta mexicano Alfonso Cuarón, una mirada narrativa que permea todo lo que toca. Creció en un hogar donde tres idiomas se entrelazan, y esa diversidad se refleja en su música: su EP es un mapa de su identidad.


Ahora, con una mezcla de madurez y frescura, Bu Cuarón se abre camino no solo como una nueva voz en la música, sino como una narradora visual y sonora que redefine lo que significa crear en estos tiempos. “La narrativa es lo que hace girar al mundo”, menciona, y en ese breve encuentro entre las luces y las cámaras, se revela una artista que comprende que su historia es, en última instancia, su arma más poderosa.


¿Qué fue lo que te motivó a darle vida a tu EP y qué tipo de narrativas o emociones decidiste explorar a través de tus canciones?

Llevaba mucho tiempo haciendo música antes de lanzar este EP, así que muchas de las canciones son de hace años, de cuando tenía 16. Aunque ya no me identifico por completo con esas narrativas, sigo viendo en ellas aspectos de lo que viví y procesé. Tras escribir y producir el EP, me sentí frustrada y muy autocrítica, obsesionándome con cada pequeño detalle hasta que finalmente aprendí a soltarlo. Siempre he sido analítica del mundo y de las relaciones humanas, y eso se refleja en mis letras, que son muy descriptivas. Por ejemplo, “Come For Me” habla de un chico del que me enamoré a los 16; aunque puede sonar como una canción de enojo, en realidad trataba de entender por qué alguien me engañaría y por qué me sentía atraída por lo que no podía tener. Hoy, todo tiene sentido: él es gay.


¿Cómo dividiste las canciones de tu EP en función de los idiomas que hablas?

No solo era importante, sino necesario incluir el español, el italiano y el inglés. Al usarlos todos los días, inevitablemente se forman y representan diferentes facetas de mí. Hablo los tres idiomas con mi familia, por lo que la hora de la cena puede sonar muy confusa. Era natural que, como compositora, los incluyera en mi primer EP. Aunque me aconsejaron que no lo hiciera, creo que me representa como persona y como artista, por lo que no quise cambiar mi decisión. Manu Chao ha hecho música en 7 idiomas... quizá algún día yo lo consiga.

¿Cómo influyó tu educación en tu forma de entender la música y componer?

El caos me formó, desde padres divorciados que se comunicaban en un inglés entrecortado por no hablar el idioma del otro hasta cambios constantes de país. Desde muy joven tuve contacto con arte, música y cine increíbles. Todo esto me estimuló personal y culturalmente. También tuve la oportunidad de experimentar y explorar diferentes pasiones (posiblemente he probado demasiados deportes y nunca me he quedado con nada), pero sobre todo me enseñaron que no era necesaria una tercera persona para crear arte, lo que me empujó a abrir una computadora y hacer canciones en GarageBand cuando tenía 5 años. Creo que es muy importante crecer en un entorno en el que el arte se toma en serio y no es solamente un hobby.


¿Podrías compartir por qué prefieres tener un control sobre la producción musical y cómo gestionas las distintas piezas móviles que forman parte de este proceso?

Es una de mis grandes pasiones. Desde joven, noté que a muchas personas les incomoda que una mujer sea productora, y eso me parece fascinante. Nunca lo hice por control, sino por pura pasión; sabía cómo quería que sonara algo y cómo lograrlo, así que simplemente lo hacía. Si no sé cómo hacer algo, lo aprendo. Esto amplía mis posibilidades creativas y sonoras. Me encanta poder comunicarme en el lenguaje de la producción, como quienes estudian música clásica y teoría comparten un idioma común.


¿Cuál es el mensaje principal que deseas transmitir a través de tu música y tu arte?

Espero que las jóvenes que escriben canciones en sus habitaciones sepan que es posible crear música auténtica por sí mismas, sin depender de un gran productor o una compañía discográfica. Un artista es un artista, sin importar el respaldo externo. En los últimos años, nuestra relación con el arte ha cambiado; los algoritmos influyen en lo que consumimos. Es crucial distinguir entre el producto y el arte. Debemos preservar la pasión y la cultura, ya que el arte siempre refleja la época en la que vivimos. Una estrella pop no es más músico que un violinista callejero.


¿Qué papel juega la narrativa visual como complemento de la música en la creación de una expresión artística coherente?

La narrativa es lo que hace girar al mundo. Nuestro cerebro utiliza la narración para procesar la memoria. Desde los tiempos de los cantos griegos, contar historias ha sido esencial para crear cultura y política. Creo que los videos musicales que cuentan historias son los más divertidos. Me asombra cómo los artistas logran lo que hacen y me entusiasma. Sin embargo, creo que mi generación, influenciada por la tecnología y las redes sociales, a veces carece de esta capacidad. Nos hemos vuelto más visuales y dependientes de cortes rápidos, buscando gratificación instantánea. Es como si nos aterrorizara un plano largo.


¿Cómo viviste esta sesión fotográfica y qué fue lo que más disfrutaste de la experiencia?

Me encantó. Fue increíble probar la ropa y los accesorios que teníamos, y también crear momentos únicos y originales que nunca había experimentado antes. El estilismo era precioso y me sentí verdaderamente comprendida. Trabajar con un equipo tan creativo, que disfruta traspasando límites, fue un privilegio. No se trata de ofrecer lo que la gente ya conoce, sino lo que no sabía que deseaba



Maquillaje: Rie Omoto | Pelo: Akihisa Yamaguchi | Asistente de fotografía: Axayacatl Cruz | Asistentes de estilismo: Daniel Zepeda y Gabriela Vilchis | Locación: Foro León México 

Con iniciativa y creatividad, Bu Cuarón fusiona su herencia cultural con una innovadora producción musical, creando paisajes sonoros frescos.

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